viernes, 8 de agosto de 2014

Secreto de Clanes. Capitulo 25

Todo se volvió blanco, durante unos segundos no se podía ver ni oír nada. Como si el tiempo se hubiese detenido.

Pasados estos instantes de preocupación, miedo y confusión, Siru se puso en pié como pudo. Aún le temblaban las piernas por la cercanía de su último suspiro. Alzó la mirada al lugar donde se encontraba hace tan solo unos instantes. Pudo ver el destrozo que había provocado la explosión. No había rasto de césped, flores, árboles, ni de... Senom tampoco estaba por ninguna parte. Su cuerpo no se encontraba con vida, ni con ella. Directamente no se encontraba. Se había esfumado.

El hombre andó hacia el sitio donde se debía encontrar su compañero. Miro alrededor.

-Quizás le había dado tiempo a apartarse y estaba detrás de un árbol. O quizás...- dijo Siru a media voz mientras movía su dolorido cuerpo mirando detrás de cada árbol.

-Esté muerto.- fue Nany la que terminó la frase.

El hombre se giró a la rapidez del rayo, para ver a sus espaldas una desagradable escena. Eran Mingrem y Nany. El chico llevaba en brazos el cuerpo inerte de tu propio hermano. Aún en la oscuridad de la noche se podía observar como varias lágrimas salían de sus ojos humedeciendo su rostro.

-Volvamos a casa.- sentenció la chica y los tres emprendieron el camino a la cabaña. En único sonido que se podía apreciar era el de las ojas al crujir bajo sus pies. Como si el bosque guardara silencio por el muchacho.

Al llegar a la cabaña vieron a Rears y Ana María en la puerta. Estos, al percatarse de su presencia corrieron a su encuentro. Ninguno preguntó. Rears cogió el cuerpo sin respiración de Senom y lo cargó lejos de alli. Mañana lo enterrarian.

-Asesina.-susurro Mingrem apretando los puños.

-Calmate.- Ana María hizo amago de abrazarle para intentar consolarle, pero el joven se zafó de ella.

-!Déjame!.- gritó, y acto seguido salió corriendo hacia su habitación.

-No lo juzges, es normal que reaccione asi.- dijo Nany intentando quitar hierro al asunto.

-¿Qué coño ha pasado en el bosque? Y ¿Dónde diablos está Mireia?.- era Rears el que hablaba. Parecía furioso.

-Entremos dentro. No quiero contarlo veinte veces. Reune a todos en el comedor.-sentenció Siru.

-Santo está peor.- era Anikomory que salía detrás de los jóvenes.- Se ha desmayado y la fiebre no le baja. Estoy preocupada.- se le rompió la voz y una lágrima juguetona se escapó de sus ojos.

-Santo... Tranquila, ahora le curamos.-se llevó la mano al bolsillo y sacó varias plantas de él.

Mientras Siru iba preparando y dando la medicina al convaleciente, al mismo tiempo explicó los hechos ocurridos en el bosque y lo que habían descubierto de Mireia.

Algunos reprimieron unas lágrimas y otros unas palabras de incredulidad. Prácticamente se habían criado con esa chica, no podía... no podia haberles traicionado.

Pasadas unas horas, Santo abrió los ojos, haciendo que todos se alegraran y tranquilizaran. Pero las palabras que pronunció no fueron tan bien recibidas.

-¿Y Mireia? Hay que encontrarla. Rápido.- hablaba apresuradamente

-Santo, verás, Mireia...- Rears comenzó ha hablar para intentar explicarle la clase de persona que era esa chica.

-Cállate. He dicho que nos necesita, está en peligro.- no dijo una palabra más, se levantó de la cama y fue a vestirse.

miércoles, 23 de julio de 2014

Secreto de clanes. Capítulo 24

Mireia se encontraba agazapada entre unos arbustos, mientras observaba a Siru agachado recogiendo algunas plantas. "¿Qué estará haciendo? ¿Serán las plantas que necesita Ismer para curarse?"Pensó Mireia. 
Estaba tan absorta en mirar bien las plantas para luego cogerlas, que no se dio cuenta que Senom estaba detrás de ella. Cuando Siru hubo terminado, se levantó para marcharse, pero en ese momento escuchó un grito a su espalda. Era Mireia, que se había asustado al sentir la mano del chico en su hombro. Siru fue corriendo en dirección al lugar donde había oído ese grito. Una vez llegó encontró a Mireia en el suelo y a Senom mirándola de forma amenazante. 
- ¿Qué pasa aqui?-preguntó de forma energica.
-Esta falsa, que ha salido de la casa para hablar con Ismer. Estña jugando a dos bandos- acusó el joven a la chica.
-E-eso es mentira, no tienes pruebas para acusarme de esa manera y menos de algo tan grabe.- se defendió Mireia. Estaba muy asustada. 
-¿Qué no? Déjame tu teléfono, si no tienes nada que ocultar, claro.- su tono era acusador y sarcástico.
-No tengo porque darte mi teléfono para nada.- mierda, no se había acordado de borrar el registro de llamadas, si se lo entregaba lo más seguro es que vieran la llamada a Ismer, y en ese caso, estaría perdida. 
-Si tienes que dárselo.- interrumpió Siru- Si no lo haces estarás demostrando que él tiene razón y que tú eres del otro bando. Y en tal caso.- su mirada bajó hacia el suelo, luego volvió a subirla, esta vez llena de decepción, y un atisbo de...¿amenaza?.-Tendremos que matarte. 
La chica miró a ambos, se mordió el labio y se incorporó.
-No hagas ninguna tontería, somos dos contra uno, y lo sabes.- Senom se había puesto en posición de ataque, preparado para defenderse de algún posible ataque. 
-No voy a hacer nada, tranquilo.-Su voz era clamada- Solo voy a coger el móvil de bolsillo para entregároslo.- metió la mano en el bolsillo, pero cuando la sacó no era un móvil lo que portaba en ella, si no una pequeña bomba de mano, que con un rápido movimiento tiró a los pies de ellos.
Aprovechando la confusión salió corriendo y se adentró en el bosque.
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Tanto Anikomory como Santo salieron corriendo de la habitación y en dos pasos se encontraron en el salón, todos estaban preparados para salir. 
-¿Qué ha pasado?.- Preguntó Santo, apoyandose en el pared. 
-No lo sabemos seguro.- era Mingrem quien hablaba.- Primero se va Siru, luego Mireia y después mi hermano mosqueado de tantas salidas a estas horas de la noche.- estaba en la puerta, con una catana y una pistola encima, preparado para salir.-Voy a ver que ha pasado.
-Espera, no puedes ir solo, puede ser una trampa.-Nany se apoyó en su hombro- Yo iré contigo. Vosotros quedaros aquí y defender la casa.
Ninguno discrepó y dicho esto, salieron de la casa en dirección al bosque. 
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El hecho de que Mireia les lanzara una bomba los dejó confundidos y sin tiempo para reaccionar. Sin embargo, Senom, él mas joven de los dos cogió con fuerza a Siru y lo apartó lejos, para que no le afectara la explosión, pero al muchacho no le dio tiempo a alejarse él también.